- La falta de ordenadores y compaginar el teletrabajo de los padres, el principal desafío digital para las clases durante el confinamiento
- Para poder desarrollar las clases, los profesores han visto necesario adaptarse y buscar una combinación de varios recursos. La mayoría utiliza sus medios personales aunque el centro les haya ofrecido opciones
- Seguimiento a los alumnos y absentismo escolar: para la mayoría de los docentes, el bajo interés y los problemas familiares son un mayor problema que la escasez de medios
- Algunas de las dificultades fundamentales de las clases en línea han sido el desconocimiento, la adaptación, o la falta de trato presencial, pero las clases telemáticas también han proporcionado beneficios, como mayor preparación y experiencia, según educadores encuestados.
ESTUDIO REALIZADO POR LA FUNDACIÓN LEGÁLITAS
La Fundación Legálitas ha recopilado opiniones de más de una decena de docentes de colegios públicos y concertados de diferentes provincias españolas, tanto de educación primaria como secundaria, para conocer de primera mano la opinión personal de estos profesionales y su experiencia continuando el curso académico en línea durante el estado de alarma, detectando así las mayores carencias y desafíos, en especial en cuanto a la denominada brecha digital.
Una gran mayoría de hogares españoles cuenta con acceso a internet, siendo estos el 97%, en el caso de hogares con niños, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, todavía existe un porcentaje de menores que carecen de acceso a la red, que, según el INE, son cerca de 100.000 hogares en España.
Estos niños y jóvenes se encuentran, por tanto, en una situación aún más complicada ahora que, para frenar el contagio y la expansión de la COVID-19, los centros educativos de todo el país han cerrado sus puertas para llevar las aulas al mundo virtual.
Asimismo, no solo los hogares sin acceso a internet, sino muchos otros están sorteando inconvenientes para continuar la educación de sus hijos a distancia, tales como una mala conexión, falta de tecnología y la conciliación con el teletrabajo de los padres.
A continuación se analizan los principales puntos al respecto y las impresiones de los profesionales de la educación para poder mejorar y salir adelante en una situación en la que la gran mayoría ha sabido adaptarse e improvisar soluciones de una manera admirable.
HERRAMIENTAS A DISPOSICIÓN DE PROFESORES PARA DESARROLLAR LAS CLASES: PRIMA ADAPTARSE Y BUSCAR UNA COMBINACIÓN DE VARIOS RECURSOS
En primer lugar, en cuanto a las herramientas puestas por los centros a disposición de los profesores y alumnos para poder continuar sus clases de manera no presencial, la mayoría afirma que ha tenido que adaptarse a las circunstancias, utilizando una combinación de diferentes plataformas. Tal como indica un docente, se trata de un “batiburrilllo de plataformas, aplicaciones y formas diferentes” de impartir clases, donde la prioridad es siempre “intentar llegar a todas las familias”.
Otro de los profesores contactados explicó cómo su centro preparó una plataforma hecha a medida el primer día de confinamiento, mientras que en demás respuestas esas plataformas ya existían, si bien ha sido ahora cuando las han comenzado a utilizar con asiduidad, ya que “apenas las utilizábamos anteriormente”.
Los profesionales expresan igualmente que su intención ha sido en primer lugar adaptarse a la situación buscando cuál de todas las herramientas permitiera “una comunicación más fluida”, ya que la prioridad ha sido que “permitiera poder llevar a cabo diferentes acciones, no únicamente en envío de tareas”, como indica uno de los educadores.
En menor medida, algunos profesores indican que no han tenido problema alguno para adaptarse y continuar con las clases con total normalidad.
MATERIAL DEL COLEGIO FRENTE AL MATERIAL PERSONAL DE LOS DOCENTES: LA MAYORÍA UTILIZA SUS MEDIOS PERSONALES AUNQUE EL CENTRO HAYA OFRECIDO OPCIONES
Lo atropellado de la situación, la emergencia sanitaria y la imprevisibilidad de los cambios que ha sufrido el mundo entero ha significado para las aulas que, en cuestión de pocos días, los docentes hayan contado con poco o ningún margen de maniobra para organizar el funcionamiento de sus clases a distancia, así como disponer del material adecuado para ello.
Así, la Fundación Legálitas ha querido conocer si este último punto ha provocado alguna dificultad a los profesores, si el centro ha puesto a su disposición tecnología como ordenadores, tabletas o pantallas con las que desempeñar sus funciones desde sus casas, o si se han visto obligados a usar sus materiales personales.
Se ha podido comprobar cómo en la mayoría de las ocasiones el material tecnológico utilizado por los profesores ha sido personal, debido bien a la falta de recursos o bien a la falta de planificación debido a las circunstancias.
No obstante, es interesante constatar cómo en casi la mitad de las ocasiones el centro sí ha puesto a disposición de los profesionales el material necesario, si bien estos últimos han optado por utilizar los suyos personales por motivos de comodidad, logística o por serles así más práctico y evitar desplazamientos a las aulas durante el estado de alarma.
En una ocasión se destaca que el ordenador es del colegio, ya que “se había iniciado un proyecto para el que tanto los alumnos como los profesores lo necesitábamos”, es decir, un proyecto anterior no relacionado fue el que, afortunadamente, permitió beneficiar a tanto los alumnos como profesores durante las clases a distancia provocadas por el confinamiento.
Caso contrario es el de un profesor que destaca que “el 90% del profesorado trabaja con su propio hardware y el 100% paga su conexión” a internet, poniendo así de manifiesto el importante aspecto de la conexión a internet indispensable para las clases, tanto desde el punto de vista de los profesores como de los alumnos.
Un maestro más relata que, si bien el ordenador utilizado para las clases es el suyo personal, las licencias y el software para el mismo sí son proporcionadas por el centro, así como una tableta para impartir clases. Se constata de esta forma cómo son variadas las circunstancias, existiendo en ocasiones una combinación de recursos personales y profesionales para poder desempeñar las clases.
SEGUIMIENTO A LOS ALUMNOS DURANTE LAS CLASES A DISTANCIA Y ABSENTISMO ESCOLAR: EL BAJO INTERÉS Y LOS PROBLEMAS FAMILIARES SON UN MAYOR PROBLEMA QUE LA ESCASEZ DE MEDIOS
Otro de los retos a los que se pueden enfrentar los profesores durante unas clases a distancia como las que se imparten actualmente, a las que se añade una falta de tiempo para planificar y en muchos casos una falta de experiencia en métodos similares, es el de realizar un seguimiento adecuado a los alumnos. En ocasiones, al no tenerlos cerca de manera presencial, puede “perderse la pista” a algunos alumnos, especialmente si estos no son proactivos o no disponen de los medios para continuar las clases online.
No obstante, la gran mayoría de los docentes coincide en que, por suerte, ha podido realizar un seguimiento adecuado de todos o casi todos los jóvenes, si bien puede resultar sorprendente que, en los casos en los que no se ha podido “seguir la pista” adecuadamente a un alumno, se coincide en que suele ser por causas no relacionadas con falta de medios digitales.
Otra de las personas preguntadas indica que, mientras que “sí ha habido problemas de conexión o de tipo técnico”, estas dificultades “no han impedido el desarrollo general de las clases”.
Por otro lado, varios profesores señalan que una de las causas por las que algunos pocos alumnos no están involucrados en las clases son debidas a una complicada situación familiar o personal, o bien por una falta de actitud proactiva que coincide con la actitud mostrada antes del confinamiento.
Tal como indica uno de los educadores, la mayoría, ya sea por un medio u otro, han dado “señales de vida”, pero “sí es cierto que hay algunos que, debido a su situación personal, no ha sido posible mantener un contacto tan fluido como me gustaría”, añadiendo que ello se debe, principalmente, a la escasez de medios. Otro de los profesionales añade que la pista se la siguen a todos, si bien “no todos responden”.
Un educador, por su parte, hace hincapié asimismo en que las dificultades de seguimiento a determinados alumnos se han debido “bien por no disponer de wifi en sus casas o por no disponer de herramientas para conectarse”, aunque también anota que en otras ocasiones se trata de alumnos con “falta de interés o actitud”, aquellos que durante las clases presenciales “tenían un comportamiento similar (falta de tareas, ausencias, retrasos, etc.)”.
En la misma línea se manifiesta otro profesor, que opina que, sin llegar a tener un caso de absentismo total, en el caso de los pocos alumnos que «han desaparecido”, ha sido “más bien por falta de interés, responsabilidad y que su entorno familiar ha favorecido a esta actitud”.
LA FALTA DE ORDENADORES Y COMPAGINAR EL TELETRABAJO DE LOS PADRES, EL PRINCIPAL DESAFÍO DIGITAL
En todos los métodos de docencia puede haber carencias y desafíos, más aún cuando se trata de una situación tan complicada para todos como la que estamos viviendo a raíz de la crisis provocada por la COVID-19.
La mayoría de los docentes, en concreto, un 60% de los mismos, ha mencionado la falta de ordenadores como el principal desafío digital para impartir las clases online. Y es que, tal como explican, algunas familias no disponen de suficientes equipos o tabletas para cada miembro.
Además, se suma a ello el desafío de muchos padres, que deben teletrabajar al mismo tiempo. Algunos de los profesores preguntados por la Fundación Legálitas relatan cómo han podido constatar que ciertos alumnos han debido turnarse con sus padres y hermanos para poder realizar sus tareas y seguir las clases.
A pesar de todo, los maestros han intentado proporcionar soluciones y facilidades en todo momento. “En mi caso, a aquellos alumnos que no disponían de ordenador se le facilitaba el hacer las actividades en el cuaderno y mandarlas por foto, [mediante un] email usando su móvil particular”, relata uno de los profesores.
Además de la falta de equipos, algunos otros maestros enumeran ciertas carencias en la conexión a internet y la saturación de las plataformas educativas, así como el desconocimiento de las herramientas debido a la falta de experiencia con las mismas.
Por el contrario, el 20% de los profesionales no detecta, en principio, ninguna carencia digital para impartir sus clases.
DIFICULTADES FUNDAMENTALES DE LAS CLASES EN LÍNEA: DESCONOCIMIENTO, ADAPTACIÓN, FALTA DE TRATO PRESENCIAL…
En cuando a los principales retos que está suponiendo esta experiencia y el traslado completo a la vía telemática de unas clases principalmente presenciales, las respuestas obtenidas son variadas. Muchas hacen referencia, como es lógico, a la adaptación a los medios digitales y la falta de preparación debido a la rapidez con la que se han debido hacer los cambios.
Una docente expresa que un importante obstáculo ha sido la presión de que tanto profesores como alumnos se adaptaran “en un solo día a esta forma de trabajo”, y es que “todos hemos necesitado un período de aprendizaje y adaptación”, añade. En su opinión, “si en los centros se hubiera introducido el sistema de formación on line antes, esto no hubiera pasado”.
Por otro lado, los mismos profesores que mencionaban la falta de equipos en algunas familias y deber compaginar las clases con el trabajo de los padres relatan cómo la mayor dificultad para las clases puede ser precisamente esa conciliación, en concreto, “compatibilizar los horarios de la vida familiar en el hogar” durante estos atípicos meses.
Una persona preguntada hace referencia a las desigualdades económicas, ya que, en su opinión, esta situación ha golpeado a los niños más desfavorecidos y “provoca que las diferencias sean cada vez más grandes y patentes”, explica.
Además, los aquellos docentes que mencionaban la falta de seguimiento a algunos alumnos debido a la situación personal de los jóvenes expresan que su principal dificultad se encuentra en “la baja competencia digital de las familias”, así como “su escaso nivel cultural” y “la falta de recursos”. Otro profesor añade que “esta situación ha provocado de muchas familias se vean en una situación económica que les ha obligado a priorizar diversos aspectos de su vida”. Así, esta mala situación económica ha desembocado en que, para estos alumnos, la realización de las tareas “no ha sido, y muy comprensible, la prioridad.”
La atención a la diversidad puede verse asimismo mermada ante esta crisis y la educación telemática, como expresa un docente, quien añade que, si bien no ha tenido dificultades en su puesto de trabajo, “otros compañeros de otros centros sí que tienen problemas, porque la brecha digital en muchas zonas de España es grande debido a factores sociales”.
La falta de trato y clases presenciales ha sido otra de las dificultades fundamentales destacadas. Una profesora de matemáticas expresa que tiene ciertos obstáculos para transmitir su materia en a través de medios digitales, mientras que otro de los profesionales destaca como principal reto la adaptación de “las pruebas escritas que se solían hacer en papel”.
En general, varios de los profesores inciden en que se necesita el “contacto presencial para transmitir ciertos conceptos” y, en definitiva, que se pierde “una parte que es esencial en la transmisión de conocimientos, pero sobre todo en la experiencia educativa y el proceso de maduración de un alumno, que es la convivencia dentro de un aula”, como expresa un maestro.
Otro compañero de profesión indica que, como profesor de ESO y bachillerato, “la educación virtual es una herramienta más, importante en estos casos”, pero se trata de una herramienta que “no puede sustituir de ninguna manera a la educación presencial si queremos apostar por la calidad en la enseñanza”. Además, hay quien piensa que la enseñanza en línea ni siquiera es válida para todo el mundo, ya que “requiere más disciplina”, como opina uno de los docentes.
¿QUÉ ASPECTOS POSITIVOS HA PODIDO TENER LA EXPERIENCIA DE ENSEÑANZA PRIMARIA Y SECUNDARIA EN LÍNEA?
No todo han sido impedimentos. A pesar de la difícil situación, tanto alumnos como profesores han tenido una rápida y ejemplar capacidad de adaptación y pueden ser muchas las lecciones que se aprendan a raíz de esta experiencia y que podrían dar lugar a poner en valor las maneras de reducir la brecha digital.
Como afirma un profesor, “hemos de tener en cuenta el trabajo de forma online como parte de la educación en todo momento y no solo para situaciones excepcionales”. Asimismo, un educador más añade, en la misma línea, que “los niños están acostumbrados a los medios digitales”. Por eso, considera que “la enseñanza presencial debería ser mitad tradicional con tiza y mitad digital o tecnológica”, si bien apunta que en su centro no se dispone actualmente de medios para ello, ya que “no hay apenas ordenadores, así que no están acostumbrados a su manejo”.
“Gracias a esta situación”, expresa otro profesor, “nos hemos tenido que buscar la vida y ahora la preparación y experiencia es mejor”, añade, destacando, por otra parte e igual que en el caso anterior, la falta de inversión que es necesaria, tanto a nivel formativo como de material.