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Heraldo.es/11/01/2014

Simulaba ser un atractivo adolescente o una amiga en quien confiar. Hasta 283 chicas de entre 14 y 16 años sufrieron el acoso a través de las redes sociales de un joven de 27 años detenido ahora por la Policía, que llegaba a amenazarlas con publicar desnudos de adultas con el rostro de las menores.

Fue una de estas víctimas, una niña de 13 años, la que denunció a la Policía que estaba siendo acosada por un hombre con el que había contactado a través de una red social, le había llegado a enviar fotos íntimas y, con el móvil, la amenazaba con mensajes si no accedía a sus peticiones.

Hasta que la citó en un hotel y la menor reveló a sus padres el acoso sufrido en la red, denominado «grooming». Gracias a su denuncia la Policía tiró del hilo informático hasta llegar a un joven de 27 años detenido en Estepona (Málaga) y ya en prisión, que tenía abiertos tres perfiles en redes sociales, dos de mujer y uno de un adolescente.

A través de este último, el acosador se presentaba como un chico de la misma edad que sus potenciales víctimas, con fotos y vídeos de un adolescente guapo para atraer a menores «con predisposición a contactar con chicos que les hagan caso», en palabras de Julián Millán, policía de la sección de protección al menor de la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT).

Una vez que confiaban en él y ya disponía de sus números de móvil, relata Millán, les solicitaba a través de whatsapp fotografías y vídeos en actitudes cada vez más íntimas, muchas de ellas tomadas por la propia víctima.

Pero si la menor se negaba a seguir enviando fotos, el acosador no se daba por vencido. Las chantajeaba con publicar en las redes sociales instantáneas falsas de las menores con un montaje de su cara, obtenida de su propio perfil, y un cuerpo desnudo de una mujer adulta que, recuerda el agente, también es delito.

No cambiaba sus objetivos si quería contactar con las menores por medio de los otros dos perfiles que tenía abiertos simulando ser una chica. A través de ellos, el detenido buscaba la complicidad femenina de las víctimas intentando convertirse en una amiga más a la que enviar fotos privadas.

Incluso con estos perfiles, explica Julián Millán, el acosador enviaba a sus víctimas imágenes íntimas de una adolescente para aumentar la confianza y el intercambio de archivos de la víctima.

«Porque en las redes sociales puedes ser quien quieras ser», advierte Millán, que lanza un mensaje contundente: en internet «desconfianza racional» ante cualquiera que pida fotos, información privada o tu número de teléfono.

Y cuidado, alerta el agente, con las claves fáciles de piratear porque el arrestado llegó a obtener las contraseñas de las redes sociales de muchas de sus víctimas. Con el perfil de ellas en su poder y haciéndose pasar por la víctima invitaba a sus contactos a intercambiar imágenes.

Si caes en las redes de estos ciberacosadores, la Policía aconseja que se denuncien estos hechos. Precisamente, el detenido acumuló hasta 300 víctimas porque las chicas no denunciaron, en la mayoría de los casos, por miedo a que sus padres les castiguen con la retirada del móvil o sin poder conectarse a internet